Si estás iniciado en Reiki, a partir del segundo nivel, aprendes a canalizar Reiki a distancia, que consiste, en enviar la energía a otra persona, que puede estar en cualquier lugar del mundo, lejos de quien canaliza. El otro dato, es que el 24 de Julio de 2013, es sin duda un día que no olvidaré, porque tuvo lugar el accidente de tren de Santiago de Compostela...
Cuando me enteré del accidente, sentí desde lo más profundo de mi alma, que debía hacer alguna cosa por esas personas... por las fallecidas, y por sus familiares, y unos días después, me dispuse a enviarles Reiki a distancia, para ayudarles a encontrar algo de paz y consuelo en su dolor.
Hasta ese momento, cuando había enviado Reiki a distancia, lo había hecho teniendo como objetivo a una persona, y en este caso, no sabía como hacerlo, por lo que pensé, que la mejor opción, era tratar de concentrarme en el lugar del accidente.
Me senté en un sitio cómodo, hice los símbolos y me concentré en Santiago de Compostela, en el tren... y empecé a ver imágenes; primero, vi una vía del tren, por lo que consideré que había conseguido conectar con el lugar del accidente.
De pronto, vi venir un tren, pero no se trataba de uno moderno, sino de una antigua locomotora de vapor, de color negro, que soltaba una considerable humareda a su paso. Cuando el tren pasó, vino un hombre montado a caballo, con un uniforme azul, blanco y rojo (parecía el de las milicias de la Guerra de la Independencia). El joven, llevaba una especie de fusil o de rifle (no entiendo mucho de armas), y se dirigía a galope sobre las vías, "como si se acercara hacia mi".
Sorprendida por la visión, esperé a ver que sucedía, y cuando "llegó", a la altura de mi visión, el caballo se puso a "dos patas"; yo entendí, que intentaba hacerme una señal, y "pregunté" si quería que le siguiera, y dio media vuelta, y empezó a galopar por donde había venido, desandando el camino de las vías del tren. Yo seguí al joven a caballo, y terminamos los dos en una plaza, a las puertas de una enorme catedral de piedra.
Era un edificio imponente, grande y majestuoso, con unas altas torres, y una gran puerta de madera; todo estaba hecho de piedra; entramos en su interior, y había bancos de madera, un altar al fondo y grandes columnas redondas. En medio de la estancia, había algo colgando del techo, que soltaba humo, creo que tenía incienso dentro.
Escondidos, agazapados detrás de bancos y columnas, había mas jóvenes, con el mismo uniforme y también armados. Uno de ellos me hizo señas, para que me agachara, y me escondiera detrás de él; todos parecían apuntar hacia la puerta de la catedral, como si esperasen que alguien fuera a entrar y estuvieran defendiendo la posición.
En ese momento, me desconecté, porque estaba empezando a asustarme un poco, a sentirme algo abrumada por la experiencia, ya que no entendía que estaba sucediendo, o quienes eran esos jóvenes uniformados que veía.
Lo primero que hice, fue buscar la catedral, que yo nunca había visto, y resultó ser la Catedral de Santiago de Compostela. Cuando vi las fotos, la reconocí enseguida, es un edificio muy especial...
Y después, estuve casi una semana investigando, quien podían ser esos jóvenes, que hacían allí y porque había conectado con ellos, en vez de hacerlo con las victimas del accidente de tren, tal como yo intentaba...
Me senté en un sitio cómodo, hice los símbolos y me concentré en Santiago de Compostela, en el tren... y empecé a ver imágenes; primero, vi una vía del tren, por lo que consideré que había conseguido conectar con el lugar del accidente.
De pronto, vi venir un tren, pero no se trataba de uno moderno, sino de una antigua locomotora de vapor, de color negro, que soltaba una considerable humareda a su paso. Cuando el tren pasó, vino un hombre montado a caballo, con un uniforme azul, blanco y rojo (parecía el de las milicias de la Guerra de la Independencia). El joven, llevaba una especie de fusil o de rifle (no entiendo mucho de armas), y se dirigía a galope sobre las vías, "como si se acercara hacia mi".
Sorprendida por la visión, esperé a ver que sucedía, y cuando "llegó", a la altura de mi visión, el caballo se puso a "dos patas"; yo entendí, que intentaba hacerme una señal, y "pregunté" si quería que le siguiera, y dio media vuelta, y empezó a galopar por donde había venido, desandando el camino de las vías del tren. Yo seguí al joven a caballo, y terminamos los dos en una plaza, a las puertas de una enorme catedral de piedra.
Era un edificio imponente, grande y majestuoso, con unas altas torres, y una gran puerta de madera; todo estaba hecho de piedra; entramos en su interior, y había bancos de madera, un altar al fondo y grandes columnas redondas. En medio de la estancia, había algo colgando del techo, que soltaba humo, creo que tenía incienso dentro.
Escondidos, agazapados detrás de bancos y columnas, había mas jóvenes, con el mismo uniforme y también armados. Uno de ellos me hizo señas, para que me agachara, y me escondiera detrás de él; todos parecían apuntar hacia la puerta de la catedral, como si esperasen que alguien fuera a entrar y estuvieran defendiendo la posición.
En ese momento, me desconecté, porque estaba empezando a asustarme un poco, a sentirme algo abrumada por la experiencia, ya que no entendía que estaba sucediendo, o quienes eran esos jóvenes uniformados que veía.
Lo primero que hice, fue buscar la catedral, que yo nunca había visto, y resultó ser la Catedral de Santiago de Compostela. Cuando vi las fotos, la reconocí enseguida, es un edificio muy especial...
Y después, estuve casi una semana investigando, quien podían ser esos jóvenes, que hacían allí y porque había conectado con ellos, en vez de hacerlo con las victimas del accidente de tren, tal como yo intentaba...
Y por fin los encontré... el "Batallón Literario", eran unos 1000, los jóvenes estudiantes de la Universidad de Santiago, que decidieron unirse a las milicias, en la Guerra de la Independencia de 1808, y luchar contra Napoleón. Eran estudiantes, y en una reunión en los claustros de la Universidad, convocada por su junta y presidida por Rafael de Muzquiz, Arzobispo de Compostela, decidieron unirse a la lucha bajo ese nombre.
Eran poco mas de 1000 jóvenes, y en la Catedral de Santiago juraron la bandera antes de unirse a las tropas de Blake.
De pronto, todo tenia sentido... contacté con el lugar adecuado, yo envíe Reiki a Santiago de Compostela... pero no dí con el tiempo que buscaba, sino que al parecer, conecté con un evento del pasado.
Esos jóvenes, habían existido de verdad, habían sido bendecidos en esa Catedral... y habían muerto (la mayoría del Batallón Literario, no regresó). Posiblemente, lo que había visto eran sus espíritus, pero tardé tiempo, en poder entender y asimilar eso.
Esa fue la primera vez que vi espíritus, por lo menos que fuí consciente de ello.
Aunque tuvo que pasar aun bastante tiempo, casi 2 años... para entender y aceptar, que yo tenía facultades de Médium, y por eso había podido verlos e interactuar con ellos... pero eso, será otra historia.
http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo661
Eran poco mas de 1000 jóvenes, y en la Catedral de Santiago juraron la bandera antes de unirse a las tropas de Blake.
De pronto, todo tenia sentido... contacté con el lugar adecuado, yo envíe Reiki a Santiago de Compostela... pero no dí con el tiempo que buscaba, sino que al parecer, conecté con un evento del pasado.
Esos jóvenes, habían existido de verdad, habían sido bendecidos en esa Catedral... y habían muerto (la mayoría del Batallón Literario, no regresó). Posiblemente, lo que había visto eran sus espíritus, pero tardé tiempo, en poder entender y asimilar eso.
Esa fue la primera vez que vi espíritus, por lo menos que fuí consciente de ello.
Aunque tuvo que pasar aun bastante tiempo, casi 2 años... para entender y aceptar, que yo tenía facultades de Médium, y por eso había podido verlos e interactuar con ellos... pero eso, será otra historia.
http://www.elrevolucionario.org/rev.php?articulo661